jueves, 29 de mayo de 2008

Cosas que nunca existieron




Hay tantas cosas que duelen… Tantas, que es difícil enumerarlas. Si fueran bosque les pondría nombre de árbol, y una marca a cada una, para no tener que recordarlas y buscarlas en un saco. Si fueran montaña, las escalaría cada mañana antes de comenzar. El tiempo las va convirtiendo en cosas que no existen; las va haciendo transparentes, igual que a mi. Hasta que desaparezcamos. Como el tiempo, como el mar, como los recuerdos; como todo lo que amo. Tengo la sensación de haber existido ya, de estar convirtiéndome en una sombra. Menguando, como el hombrecito de la película; qué angustioso era, verle menguar hasta ser algo diminuto que luego desaparecería. Supongo que envejecer será eso: ir perdiendo la piel de los sueños. ¿Qué son los sueños? ¿Dónde habitan? ¿Cuál es el país de las cosas que nunca existieron?