lunes, 17 de diciembre de 2007

Despertar

Te desmenuzo, bajo la lluvia o a través de un torrente en la ventana. A través del cristal salgo a correr bajo la lluvia y grito que ya no importa; me vuelo en una carrera suicida y hermosa donde no te recuerdo. Y es un instante al final de la tarde, al abrir una ventana; porque la lluvia, de pronto, me parece un prodigio: la noche en el día, esa fuerza del agua, que me va llegando a través de la espalda y los oidos y la ventana aún cerrada. Llegan los recuerdos pero no los veo, los voy tirando a la lluvia, o caen como las gotas o forman parte de la tierra húmeda, y ya no sé quién eres tu pero sí quién soy yo, qué mi cuerpo, qué no amo. Qué amo, la lluvia y la tierra, el mar y ese lugar dentro de mi donde me encuentro, y esos instantes de sobrevolar todo.